Cuarentena y riesgos en Internet: el grooming y el abuso sexual potenciados. ¿Qué tenemos que saber para cuidar a chicas y chicos?

26 de junio 2020

Es indiscutible que a esta altura del aislamiento social, apreciamos muchísimo el valor de acceder a conectividad y a dispositivos tecnológicos que nos permiten sostener vínculos, e incluso, construir nuevos.

Estamos muchas horas del día frente a las pantallas, y la vida de los niños, las niñas y adolescentes también está sujeta, en gran medida, a las posibilidades de conexión a Internet, tanto para alimentar su vida social como para acceder a la escolaridad. Pero a la vez que día a día crecen las oportunidades que nos brindan los medios digitales, lamentablemente también crecen los riesgos con los que se pueden enfrentar los más chicos.  

Para confirmar esta tendencia, conversamos con personas claves que nos brindaron información sobre el aumento de situaciones de abuso sexual infantil en Internet. Son tres mujeres especializadas en temas de protección a la niñez en Internet: Daniela Dupuy, fiscal a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas (UFEDyCI), quien recibe los reportes a nivel nacional, Pilar Ramírez, directora de Protección de la Niñez y Asuntos Legales del International Centre for Missing & Exploited Children (ICMEC), y Daniele Kleiner Fontes, manager de Seguridad y Bienestar de Facebook. Las tres confirmaron que las cifras de reportes de violaciones a derechos de niños, niñas y adolescentes por medios digitales está creciendo. La causa principal: quienes perpetran estas formas de violencia tienen más tiempo para estar online y las potenciales víctimas, también.

Las cifras muestran que lo que más creció desde el aislamiento fue la distribución de materiales de abuso sexual infantil: “El ingreso nacional de reportes de difusión de imágenes o videos de este tipo se duplicó”, nos cuenta Daniela Dupuy. Por otra parte, desde ICMEC, entidad que se ocupa de recibir informes a nivel internacional, Pilar Ramírez afirma con estadísticas recientes que “la cifra de reportes sobre materiales de abuso que se están compartiendo a nivel global se cuadruplicó a partir de abril”. 

Ambas fuentes coinciden en que en la mayoría de los casos estos materiales son producidos a través de violaciones perpetradas por una persona cercana al niño o niña que es víctima de abuso sexual, y que en muchos casos se produce en el nivel de lo intrafamiliar. Según datos de la campaña #EnCasaSinViolencia de UNICEF, en el 77% de los casos de abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes, el agresor es un familiar o alguien de su entorno cercano, y en el 50% sucede dentro de su propio hogar o de un familiar.  Con el aislamiento social, lamentablemente, el riesgo es aún mayor.

 En otros casos, que no son tan frecuentes, pero sí de consecuencias graves cuando suceden, la captación se genera por medio de redes sociales a través de la práctica del grooming, delito que también aumentó en estos meses: “En Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las denuncias por grooming casi que se triplicaron durante la cuarentena: fueron 10 en marzo, 17 en abril y 27 en mayo”, nos relata la fiscal Dupuy de la UFEDyCI. Se llama grooming o ciberacoso sexual, al engaño o amenaza por parte de una persona adulta a un niño o niña para obtener gratificación sexual, imágenes de abuso sexual o para lograr un encuentro real. El “groomer” entabla un vínculo virtual de amistad y confianza que puede llevar meses, durante el cual recaba información que luego le servirá para extorsionar o presionar al niño o niña para que realice lo que le pide.

Otro dato que nos lleva a reflexionar es que los perpetradores de engaños en línea, tanto en los casos de grooming como de difusión de material de abuso sexual, son en su mayoría hombres y las víctimas, mujeres. Según datos del NCMEC, en base a un análisis reciente, a nivel global “el  82% de los adultos que engañaron a los niños eran hombres, el 9% eran mujeres y, en el 9 % restante, no fue posible determinar el género del agresor”. A su vez, “en el caso de aquellos niños que son víctimas de engaños en línea, el 78 % de las denuncias involucran a niñas y el 15 % a varones menores”. 

  Todas estas violencias dejan daños profundos y perdurables en las víctimas. La difusión de materiales de abuso agrava incluso esta situación porque perpetúa la revictimización de niños y niñas cada vez que se vuelven a ver las imágenes de su abuso. El aumento de la circulación de estas imágenes en Internet es, a su vez, parte de un ciclo vicioso en donde el riesgo crece cada vez más: “Que haya más consumo de material de abuso es señal de que hay más demanda y eso lleva a que haya más producción, es un negocio”, relata Pilar Ramírez. También debemos tener en cuenta que quienes entran en estas redes, incluso a veces sin producir material nuevo, son potenciales perpetradores de abusos más agravados.

Desde empresas tecnológicas como Facebook se utilizan herramientas de detección para cortar con la circulación de imágenes. “La plataforma detecta siempre que haya imágenes o videos que en los que aparezca desnudez de niños o niñas (incluso en casos de fotos compartidas de forma inocente) y no permite que sean publicadas ni difundidas”, nos cuenta Daniele Kleiner Fontes. A través de estas herramientas de detección es por donde llega el 95% de los reportes. 

El tráfico de imágenes, de todas formas, se da principalmente a través de la llamada deep web o en plataformas peer to peer, y a medida que los contenidos se detectan y se eliminan, los perpetradores buscan nuevas formas de producir más.

 

¿Qué podemos hacer frente a estas formas de violencia?

 

Si bien existen los mecanismos para denunciar este tipo de violencias a la niñez que revisten tanta gravedad, la arista de la prevención y el empoderamiento de los chicos y las chicas para que reconozcan si viven situaciones de violencia y no las naturalicen es fundamental. Por eso es tan importante la ESI (Educación Sexual Integral) desde la primera infancia, donde la dimensión del conocimiento del cuerpo, de la intimidad, la formación de criterio propio y la posibilidad de expresar experiencias negativas son pilares fundamentales en la educación actual. 

A la familia le compete un rol primario en la prevención también,  y la mejor manera de lograr esto es dialogar sobre estos temas con chicos y chicas: “Es esencial construir un vínculo de confianza con nuestros hijos e hijas, principalmente porque las situaciones de abuso suelen desarrollarse bajo un pacto de silencio entre quien abusa y la víctima. En la primera infancia debemos ayudarlos a distinguir por ejemplo, entre “secretos buenos” y “secretos malos” y a reconocer las partes íntimas de su cuerpo como tales. Cuando empiezan a tener un uso más independiente de los medios digitales, es crucial hablar con ellos y ellas sobre los eventuales riesgos que pueden afrontar online y offline”, explica Marcela Czarny, de Chicos.net. Entre las recomendaciones esenciales están: fomentar que tengan cuentas privadas en las redes sociales, que no publiquen datos sensibles y que no acepten interactuar con personas que no conocen en los juegos en línea.

Otra manera de contribuir a poner fin a este tipo de violencias es denunciar cuando sabemos o sospechamos de un caso, para que las personas que perpetúan estas prácticas no sigan actuando de manera impune.  En nuestro país son varios los canales para encontrar asesoramiento o para efectuar una denuncia en  casos de sospecha de vulneraciones graves de derechos en la niñez. Chicos.net, entre sus objetivos, busca visibilizar estos riesgos y los canales de orientación y denuncia como parte de la iniciativa “La Ruta de la protección de niños, niñas y adolescentes en entornos digitales” que este año está más vigente que nunca.

Ante casos de vulneraciones de derechos en entornos digitales comunicarse con los siguientes organismos:

  • Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires. 0800 33 347225 (24 hs); o denuncias on line ingresando a www.mpfciudad.gob.ar, o enviando mail a denuncias@fiscalias.gob.ar
  • Equipo Niñ@s, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Línea telefónica gratuita (las 24 horas, los 365 días del año) 0800-222-1717 o correo electrónico a equiponinas@jus.gov.ar
  • Línea 137 de Ayuda y atención a víctimas de violencia familiar y sexual, o mensaje de WhatsApp al 11-3133-1000
  • Ministerio Público Tutelar. WhatsApp (todos los días de 8 a 20 horas) 15-3637-3727/15-7037-7037. Teléfono: 08001227376
  • Grooming Argentina. WhatsApp (las 24 horas) 011-1524811722
  • Línea 102: línea de atención gratuita a niños, niñas y adolescentes. Brinda un servicio telefónico gratuito y confidencial de escucha, contención y orientación ante situaciones de vulneración de sus derechos.