Se estima que en Malvinas murieron 635 argentinos. El 70% eran conscriptos: es decir que no eran soldados graduados, sino jóvenes que estaban haciendo el Servicio Militar Obligatorio. La mayoría tenía entre 19 y 20 años.
Martina Bonino
Si la historia la escriben los que ganan, ¿qué pasa con Malvinas? A 43 años de la guerra que conmocionó a la sociedad argentina me pregunto, ¿qué sabemos realmente los jóvenes sobre Malvinas?
Ante una historia que nos parece lejana -pues no vivimos los dramáticos momentos de los jóvenes soldados siendo reclutados, o los falsos titulares de una supuesta victoria-, Malvinas es una causa que nos “suena de algún lado” pero que presenta muchas lagunas y temas a profundizar.
Durante la última dictadura cívico militar (1976-1983) se utilizó la guerra como un manotazo de ahogado para la continuación del poder dictatorial. Los medios de comunicación de la época construyeron una versión distorsionada de los hechos, donde la victoria parecía ser inminente y el patriotismo se imponía. Sin embargo, la realidad era otra: conscriptos mal equipados y poco entrenados, decisiones militares cuestionables y un conflicto que terminó en derrota, algo de lo que el pueblo argentino se enteraría mucho después.
Al recuperarse la democracia, el discurso cambió. Se reconoció el abandono de los excombatientes, el horror de la guerra y la falta de apoyo hacia los soldados. Sin embargo, Malvinas quedó en un limbo: se recordaba el reclamo soberano, pero con menos énfasis en la guerra misma.
Las nuevas generaciones recibimos la información fragmentada. En las escuelas se habla del reclamo de la soberanía, pero sin mucha profundidad en los detalles históricos y el contexto político. Por otro lado, en redes sociales, los relatos oscilan entre el homenaje a los veteranos y los debates sobre el colonialismo británico.
¿Quién escribe la historia de Malvinas hoy? La respuesta está en disputa. Si bien el Reino Unido mantiene su versión de los hechos y Argentina sostiene su reclamo sobre la soberanía de las Islas en organismos internacionales, el verdadero desafío es cómo las nuevas generaciones se apropian de la memoria.
Malvinas no es solo un episodio del pasado, sino un reflejo de cómo construimos nuestra identidad y soberanía en el presente. La juventud tiene la oportunidad y la responsabilidad de cuestionar, investigar y dar nuevas respuestas. Porque, si la historia la escriben los que ganan, es momento de preguntarnos: ¿Qué historia queremos contar nosotros?
Se estima que en Malvinas murieron 635 argentinos. El 70% eran conscriptos: es decir que no eran soldados graduados, sino jóvenes que estaban haciendo el Servicio Militar Obligatorio. La mayoría tenía entre 19 y 20 años.
Los crímenes de Malvinas suelen verse como una gesta heróica, pero no debemos olvidar que ocurrieron dentro de la dictadura. Los jóvenes que fueron a las islas no tuvieron opción de decidirlo, y los que volvieron quedaron marcados de por vida.
Malvinas debe continuar siendo una lucha y una causa vigente. Como jóvenes, es nuestra labor mantener vivo el recuerdo de los soldados que -como nosotros- tenían sueños y aspiraciones que les fueron arrebatados .
Pensalo, a vos también te podría haber tocado ir a Malvinas…