Tiempo en pantallas

Mariela Reiman, directora de Chicos.net
Son tantas las posibilidades, que hoy decir “estar conectado” aporta muy...
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Mariela Reiman, directora de Chicos.net

Son tantas las posibilidades, que hoy decir “estar conectado” aporta muy poca información. El criterio de las 3 C es una brújula a la hora de evaluar el tiempo de pantallas: contenidos (qué hacemos), contexto (cuándo) y conexiones (con quiénes). Verbalizar estas respuestas en voz alta cuando estamos usando el celular ayuda a reflexionar en familia y a desarrollar la habilidad de saber y decidir cuándo vale la pena estar conectados y cuándo no.

El tiempo en pantallas refiere a la cantidad de horas por día que destinamos a realizar actividades en las que están involucrados dispositivos, ya sean celulares, tablets o computadoras, entre otros. Cada vez más, estos se utilizan para infinidad de propósitos, y en las personas adultas suele aparecer preocupación con respecto a las largas horas que pasan niños, niñas y adolescentes conectados. Pero en lugar de pensar en esta “cantidad de horas”, es importante tener en cuenta el contenido, contexto y con quién están compartiendo en cada situación particular. Más que limitar cuantitativamente, deberíamos prestar atención al tipo de actividad que realizan chicas y chicos, promoviendo aquellas más creativas y activas y estimulando la variedad de lo que consumen.

¿Podemos hablar de adicción?

Sonia Livingstone, autora e investigadora. Profesora en el departamento de Media and Communications de London School of Economics and Political Science (LSE)
El ‘tiempo de pantallas’ no es ‘malo’ o ‘bueno’ e...
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Sonia Livingstone, autora e investigadora. Profesora en el departamento de Media and Communications de London School of Economics and Political Science (LSE)

El ‘tiempo de pantallas’ no es ‘malo’ o ‘bueno’ en sí mismo. Es un atajo para hablar sobre millones de maneras que existen de ser, interactuar, crear, aprender con y a través de tecnologías.

Aunque se utilice en muchas ocasiones la palabra “adicción” para describir el vínculo de chicos y chicas con la tecnología, incluso aunque hagan casi todas las actividades conectados no implica que sean adictos: sí podemos hablar de un uso excesivo o indiscriminado. Un proceso de adicción es cuando está comprometida la subjetividad, la salud física, la salud mental y la salud afectiva de una persona y es en estos casos que se recomienda hacer una consulta con especialistas. Es un riesgo al que sin dudas hay que estar atentos como personas adultas, pero sin generalizarlo desde el prejuicio, ya que esto solo estigmatiza a los niños, niñas y adolescentes, en vez de ayudarlos a desarrollar criterios y estrategias de protección frente al uso de las tecnologías. 



Algunas alertas de uso excesivo de pantallas

  • Cuando no pueden elegir y decidir el momento de conectarse y el de desconectarse.
  • Cuando no pueden dejar de lado los dispositivos para dormir, estudiar o realizar alguna actividad física o juego al aire libre.
  • Cuando ante cada intervención respecto de los tiempos frente a las pantallas comienza una pelea.
  • Cuando les cuesta vincularse socialmente con familia y amistades.
  • Cuando lo único que parece reconfortarlos en un mal día, es el uso de las tecnologías.