
Marcela Czarny, directora de Chicos.net, Silvina Ferreira Dos Santos, psicóloga especialista en infancia y adolescencia, y Mora Caamaño, de la agencia Buena Data, conversaron sobre las reflexiones que deja la serie acerca de cómo acompañamos a los y las adolescentes en entornos digitales.
En el webinar de esta semana reflexionamos sobre preguntas que siguen a flor de piel después de ver la serie Adolescencia: ¿cómo acompañamos a los y las adolescentes en un mundo que va rapidísimo? ¿Qué rol tienen hoy las escuelas, las familias, la tecnología, los vínculos? Fue un encuentro muy rico, con miradas diversas y mucho para seguir pensando. Si no pudiste estar, podés revivirlo en nuestro canal de Youtube.
La violencia en las escuelas y en entornos digitales
Conversamos sobre cómo se fue naturalizando cierta violencia en el día a día, tanto en el aula como en los grupos de WhatsApp o en redes. La línea entre lo virtual y lo real es cada vez más delgada, y todo lo que pasa en estos entornos digitales tiene impacto directo en lo emocional. “Los valores del mundo físico se tienen que replicar en las redes y sobre eso hay que trabajar, hay que construir, hay que pensar. Es importante que tanto las familias como los docentes no sientan que todo el peso está sobre sus espaldas. Tenemos que pensar en soluciones más integrales”, explicó Marcela Czarny, directora de Chicos.net.
La exposición constante
Vivimos un tiempo acelerado, donde chicos y chicas están hiperconectados. “En un día se generaron 100 millones de imágenes con la nueva versión del chat GPT –comentó Silvina Ferreira Dos Santos, psicóloga especializada en adolescencia–. Tenemos que aceptar que vamos a estar fuera de la movida por momentos. Eso no significa que no podamos interpelar”. Nuestro rol como personas adultas es fundamental para que puedan construir pensamiento crítico a la hora de usar los medios digitales: desde la conversación, podemos ayudarlos a saber pausar, a pensar, a elegir. No se trata de controlar, sino de acompañar. Estar cerca, proponer diálogo y, sobre todo, dar el ejemplo con empatía y respeto.
Confianza sin invadir
Generar lazos sin romper la intimidad de los y las adolescentes es clave. “El camino no es revisar el celular porque es como si un padre estuviera como atrás de la puerta escuchando las conversaciones de su hijo, –sugirió Mora Caamaño, a partir de su experiencia como adolescente–. Tiene que haber una relación de confianza en la que exista el espacio para hablar de cómo nos sentimos en las redes”. Si hay diálogo, también puede haber lugar para pedir ayuda cuando algo no anda bien. El desafío es hacer que chicos y chicas se sientan escuchados y sostenidos.